LA IGLESIA METODISTA INDEPENDIENTE Y SUS 72 AÑOS DE VIDA ORGANIZADA Y 87 DE EXISTENCIA FÍSICA Y PRESENCIA REAL EN EL PAÍS, EN EL CHILE EVANGÉLICO. (al 2017)

En una ocasión de tanta significación social y contenido espiritual para nosotros como Iglesia, el rememorar tantas vivencias y sentimientos compartidos con tantos y amados hermanos a lo largo de años de servicio fiel y leal al Señor, en la comunión de esta amada Iglesia Metodista Independiente, yo no podría predicar ni dar un sermón, sino invitaros a una reflexión, serena, reposada, tranquila, como corresponde cuando se ha pasado la barrera de los 75 años. Primero, trataremos de ubicarnos en el contexto de la Iglesia, de acuerdo a lo expresado por el propio Señor Jesús en el Evangelio según Mateo, capítulo 16, versículo 18. La Iglesia es de CRISTO, no de los hombres; El la edifica cada día, no nosotros. El, Jesucristo es el arquitecto, la Biblia, los planos, están ahí y tienen su sello y su firma. Nosotros los obreros, trabajamos bajo la atenta mirada y dirección del Espíritu Santo. De ahí que nos gustaría repetir con los Apóstoles «Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado y parparon nuestras manos tocante al Verbo de Vida. Porque la Vida fue manifestada y vimos y testificamos y os anunciamos aquella Vida Eterna, la cual estaba con el Padre y nos ha aparecido. Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con vosotros, y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo» 1ª de Juan 1:1-3. Desde esta perspectiva espiritual, nuestra Iglesia Metodista Independiente, desde su fundación ha procurado ser:

a) Un exponente fiel de la «Doctrina de Cristo» 2ª de Juan 1:9,         Los Hechos 13:12, A Tito 2:1 y 2ª A Timoteo 4:3.

b) Un exponente valido y fiel de la «Fe sustentada y testificada por los Apóstoles y Profetas» (Los Hechos 2:42; A Los Efesios 2:20 y A Los Hebreos 1:8 y 9).

c) Un exponente fiel de los «Principios Básicos» sustentados por el Cristianismo histórico, los Reformadores del siglo XVI y la reforma del Siglo XX, que propugna la fidelidad a la Biblia, como la Santa Palabra de Dios; verbalmente inspirada y, en consecuencia denuncia y combate eficazmente todo atentado a su pureza y autoridad vigente para la Iglesia. Hoy. 

d) Un exponente fiel y leal de la «Rica e inspiradora herencia Wesleyana»         proveniente de programas y propuestas de una vida separada y puesta al servicio incondicional del Señor, hasta el sacrificio si fuere necesario.

e) Un exponente fiel, insobornable e irreductible del «Pensamiento ideológico-doctrinal y en general, de las prácticas de la Iglesia Metodista Independiente». Como tal, estamos por «Todo el consejo de Dios» ( Los Hechos 20:2), y nuestro estándar para  medir y ser medidos, es lo que desde siempre y para siempre ha dicho el Señor, por el profeta.  «¡A la Ley y al Testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido»                                                                                 Isaías 8:20.  

I. EL TESTIMONIO DE LOS PATRIARCAS Y LOS PROFETAS

Es notable observar a los Patriarcas viviendo en un mundo extraño, ajeno a ellos, en un mundo pagano, ellos vivieron creyendo todas y cada una de las Palabras de Dios con sus Promesas y Bendiciones. Así vemos a Abraham levantando un altar junto a cada campamento donde se establecía; enseñando y transmitiendo las enseñanzas y promesas de Dios a sus hijos ( Génesis 18:19) y estos a los suyos, y así, en forma natural y lógica vemos en escena a Isaac, Jacob, Moisés y tantos otros; como en una gran posta de fe, van traspasando las banderas espirituales; de tal manera que, aún en las peores crisis espirituales y morales; sociales o políticas del pueblo de Israel, jamás dejo flamear el pendón de la fe, en las promesas eternas de la Palabra de Dios. La frase; «Así ha dicho Jehová» como introducción al mensaje profético estremece las conciencias del pueblo de Dios. El profeta Isaías mismo va a exclamar, ante una extraordinaria visión de la sublimidad majestuosa de la presencia de Dios:» ¡Ay de mi! Que soy muerto, que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los Ejércitos» Dios dice al Profeta Jeremías: «Antes que te formases en el vientre te conocí, y antes que salieses de la matriz te santifiqué, te di por profeta a las gentes» (1:3); él testificaba: » Y extendió Jehová su mano y tocó sobre mi boca; y dijome Jehová: he aquí he puesto mis palabras en tu boca» ( 1:9); (1:16) Y sin duda, sería interminable seguir hablando de Ezequiel, Daniel, Oseas, Amós, Joel, y todos los profetas que en distintas épocas y circunstancias dieron prueba de su entereza, integridad y por sobre todo fidelidad a la Palabra de Dios y fe en las promesas de Dios para su pueblo.

 II. EL TESTIMONIO DE LOS APÓSTOLES

Cuan reconfortante es oír la voz unánime del Colegio Apostólico, exclamando: «No es justo que nosotros dejemos la Palabra de Dios» ( Hechos 6:12). Esto realza el alto y justo concepto que ellos tenían de: a) La Palabra de Dios; nada amerita dejar de predicar, enseñar y exhortar las Sagradas Escrituras, y b) De su Ministerio, que les había sido dado por el Señor Mismo. Todos estos valores eran intransables; esto es reforzado por la resolución que sigue: » Y nosotros persistiremos en la Oración y en el Ministerio de la Palabra» ( Hechos 6:4). El Apóstol Pablo, dice: «Predicar, enseñar acerca de Cristo, y este crucificado, me es impuesta necesidad; y ¡Ay de mi! si no anunciare el Evangelio. En los Patriarcas, los Profetas y los Apóstoles hay algo que los une, los caracteriza y distingue, esto es, el «sentido de compromiso» con Dios, con su Doctrina, con sus principios y la forma seria profunda, esperanzada, confiada, y gozosa como ellos transmiten a sus hijos estos valores, principios, promesas y bendiciones espirituales.

III. LOS QUE FUERON ANTES DE NOSOTROS

En el proceso de desarrollo de nuestra Iglesia Metodista Independiente han pasado muchos hombres y mujeres muy valiosos, por sus dones espirituales, su fidelidad al Señor, su entrega y consagración de sus talentos al servicio del Señor, abnegación y lealtad para con su Iglesia. Aunque yo no los mencione por nombre, en esta oportunidad, ellos están registrados en el «Libro de la Vida» con letras de oro, guardado en el cielo de Dios. Sin embargo, no podré eludir referirme a por los menos dos «Siervos del Señor», cuyas huellas las podemos ver y palpar por donde quiera dirijamos la mirada: 1. La participación que correspondió al Pastor Manuel Blanco Mir, en la gestación de lo que es hoy la «Iglesia Metodista Unida» y dejado sin cargo pastoral por la Conferencia Anual del 1931, el Pastor Manuel Blanco Mir, construyo a su costo este Templo ubicado en calle Los Andes esquina de Villasana, lo mismo que la casa pastoral contigua. Un gran mérito, bien pudo él conformarse y dejarse estar, sin embargo, este Pastor que amaba a su Señor y consecuente con este hecho, continuo predicando y edificando para Cristo. 2. La participación que cupo al Rvdo. José Emeterio Báez Silva, es aún más relevante y notable. A él correspondió dar forma organizada y militante a la Iglesia Metodista Independiente; con la redacción de Estatutos para un ente legal, que ahora se llama: «Asociación Misionera Evangélica de la Iglesia Metodista Independiente de Calle Villasana». De no ser por la visión espiritual y condiciones de estadista del pastor Báez, esta Iglesia sería hoy la «Sexta Iglesia Metodista Unida» y este edificio no existiría o habría sido vendido por sucesión Blanco- Miranda, y nosotros no formaríamos parte del pueblo Evangélico de este país, como Iglesia Metodista Independiente. En estos dos Pastores, ya con el Señor, hay también algo en común, no solo ellos, sino común con Patriarcas, Profetas y Apóstoles; su compromiso con Dios, sus propuestas, doctrinas, enseñanzas y promesas. Todos los que fueron antes de nosotros asumieron este con su Redentor y Señor, a él dieron sus vidas, con sus familias, sus talentos, dones y capacidades, su servicio personal y sus Diezmos y Ofrendas generosas y sin límites, como el Rev. Blanco Mir, que con su dinero construyo este Templo y casa pastoral, bienes que la familia no podía reclamar ni quitar mientras se predicara el Evangelio. Como el Rev. Báez Silva, quien renunció al beneficio de $ 50.000 del año 1944 y a la casa pastoral, para que la Asociación Misionera Evangélica pudiera comprar, tanto el Templo, como la casa pastoral, hoy los $ 50.000 sumarian millones sin duda. Nosotros hoy, hemos reconstruido este Templo en más de una ocasión, tenemos mucho más infraestructura que antes, tenemos tres pastores y proyectamos tener tres más antes de pasar al próximo siglo. Creo que cuando hay gente joven, talentosa, estudiosa, fielmente consagrada, abnegada y leal a servir al Señor, en la congregación que los ha visto nacer física y espiritualmente, podemos seguir confiando en el «Señor de la Iglesia», que El seguirá prosperando y bendiciendo en su desarrollo y crecimiento. Deseo señalar sin embargo, que nada ha sido fácil para nada, ni para Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés, Samuel, David, ni para Pedro, Santiago, Juan, Pablo; notros sabemos de sus luchas, batallas, derrotas y victorias. Tampoco lo fue para los Pastores Blanco Mir y Báez Silva, ambos expulsados de la Conferencia de la Iglesia Metodista Unida. Nosotros no hemos sido la excepción, el diablo, mucha veces «con cara de hombre» a veces inconverso, otras al parecer convertido, pero nunca ha dejado de acusarnos, de incriminarnos, y creo personalmente que nunca dejara de hacerlo. Es y ha sido capaz de lo increíble, con tal de desestabilizarnos y destruirnos. En todo esto, el Señor y solo El ha sido nuestro refugio y consuelo y fortaleza. A su Gracia y Misericordia nos acogemos. ¡Dios nos ayude! Termino esta reflexión invitando a mis hermanos y especialmente a mis amados hermanos de la Primera Iglesia Metodista Independiente, ha asumir nuestro compromiso con el Señor con todo lo que somos, con todo lo que tenemos; nuestros bienes que nos ha dado, nuestras familias, nuestros hijos, que ellos sean como «los hijos y los nietos de Abraham». Que puedan tomar de nuestras manos, las banderas de Cristo y su Palabra, de la Iglesia y sus principios doctrinales y prácticas. Gracias al Señor, El nos ha dado dos pastores jóvenes, fieles con sus familias, se han hecho un compromiso con su Señor, cuidémoslos con nuestras oraciones más fervientes, nuestro servicio y cooperación más leal y abnegadas posible. Hoy nuestras posibilidades son mayores y mejores que ayer; no solo tenemos más pastores, más Diáconos, más Templos, más Locales de Predicación, más Predicadores, más gente capacitada bíblica y espiritualmente, no solo tenemos más gente que toca diferentes instrumentos, no solo tenemos más y mejores Maestros de Escuelas Bíblicas Dominicales y de Vacaciones, no solo tenemos más hermanos y familias que Diezman regular y responsablemente, no solo tenemos una audición Radial que es una nueva experiencia y un desafío para nuestra juventud, sino que por sobre todo, tenemos la ayuda eficaz de nuestro amante Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, que nos ha guardado y promete estar con nosotros para siempre.

A EL QUE NOS DARÁ LA VICTORIA, SEA TODA NUESTRA HONRA Y GLORIA Y ALABANZA

PASTOR M. EDUARDO ULLOA D.D

Aniversario Nº 62 Iglesia Metodista Independiente 05.09.1992